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miércoles, 11 de abril de 2012

Tiene razón el New York Times


Y no es que me dedique ahora a la prostitución, hace como cuatro años que lo dejé, pero una sigue teniendo ciertas amistades, más que nada porque tal y como están las cosas no sería nada del otro mundo tener que volver, y las cosas siguen muy semejantes a cuando yo lo dejé en asuntos de putería, al menos en España, con una ligera variación: antes yo era una rareza entre las putas de cualquier club al ser española y ahora no lo sería tanto, aumentó el número de mujeres nacionales que se dedican a la prostitución, hay que buscarse las habas, no queda otra.


El caso es que cuenta el New York Times, en un reportaje que escandalizó a algunos sectores de la prensa de mi país que en los puticlubes de frontera, esos que están ahí más o menos pegados a Francia aumentó el número de franceses que vienen a España, a diversos pueblos de la frontera, en busca de sexo ¡menudo descubrimiento!


Esto se ve que lo indagaron los del New York Times hace unos días y les sorprendió el asunto, pero es que... ¡siempre fue así!


En el Club La Rosa en Irún (Guipuzcoa, muy pegadito a Francia) y hablo de hace cosa de seis o siete años, quizás un poco más, lo raro, lo realmente raro, era encontrarte a algún español entre la clientela, el noventa por ciento eran franceses, chavales jóvenes también (se extrañan en el reportaje por esto) a patadas.


El motivo, sencillo: en un puticlub francés de cualquier pueblo perdido el precio de una copa era casi el precio de una puta en territorio español, así que... ¿algún francés será tan tonto de ir al puticlub de supueblo a echar un polvo y a tomar una copa cuando a diez o veinte kilómetros tiene otro en el que se gasta la mitad? no se lo cree ni el tato.


Y tal como sucedía en Irún sucedía en toda la frontera pirenaica, lo más normal del mundo. Por otra parte esos territorios fronterizos siempre son lugares de parada y trasnoche de camioneros, que quieras que no se aburren, y se dan una vuelta al puticlub cercano a tomar una copa y si les caes bien pues oye, echan un polvete, o suben a alguna que anda puteando por la carretera al camión para pasar un rato, en fin, no se que le ven de raro los del New York Times al asunto. Para mi que vinieron un par de periodistas a esa parte de España o Francia a hacer un reportaje de otra cosa y se llevaron dos al precio de uno, lo malo... es que siempre fue así, no hay nada de novedoso, tienen razón a pesar de lo que parece que ofenden a algunos periódicos patrios, vamos, que venden la moto como nueva, pero ya tiene muchos años, y es que ya era así antes, mucho antes de haber estado yo en la zona.


A lo mejor algún habitual de los clubes de la zona (grande además, que desde Irún a la Junquera hay un buen tramo y muchos puticlubes y casi todos son "de plaza") puede ratificar lo que digo o decirme que estoy mal informada, los comentarios están para eso y me encantaría tener un montón de noticias de primera mano de lo que pasa por ahí.