Cerca de nuestro futuro lugar de trabajo (honrado, faltaría más), hay un bar de esos de toda la vida, con obreros comiendo, algunos viajantes, preventistas, etc. Mucha gente ya se fue a trabajar pero nosotros tenemos que esperar allí por unos técnicos, así que estamos en la barra tomando algo, yo y Lía miramos las noticias y el Bala lee el periódico. Hay un hombre con ropa de trabajo que ya debe de llevar más de tres copas de coñac y está presumiendo con el dueño del bar de que sabe perfectamente como es una puta, "por la calle las huelo, aunque no estén trabajando" -dice- a la vez que da un golpe en el mostrador.
A Lia no se le ocurre mejor cosa que intervenir en la conversación:
-¿Y como es una puta? yo nunca vi ninguna
El tío se la queda mirando y yo pienso que ya la hemos cagado, ahora el tío nos "olerá" y se sabrá todo.
-Eso no es cosa de hablarlo delante de señoras -dice-
-Ah, bueno, perdone, solo es que tenía mucha curiosidad, tampoco voy a ofenderme
yo tercio con Lia
-Jope, yo tampoco vi nunca ninguna, dicen que están por las afueras pero nunca voy de noche a esos sitios
Lia replica
-bueno, ahí es que las debe de distinguir cualquiera, irán casi sin ropa las muy guarras, lo que me llama la atención es poder distinguirlas cuando van por la calle
El currela no puede resistirse:
-Bah, es muy facil, suelen ir vestidas con ropa muy provocativa, muy pintadas, con joyas. Claro, como tienen pasta, pues ves a una tía así y es puta
-ah
-ah
dijimos las dos
¡Buf! menos mal que venimos a trabajar en chandal o ropa comoda, sin joyas y sin pintar, que si no este hombre nos huele.
Ya lo sabeis chicas, no vayais por la calle vestidas según y como, automáticamente pasareis a ser putas para ciertas personas. Si el currante ve a la de la foto de abajo seguro que le pregunta ¿cuanto?:
